PREPARÁNDONOS PARA SER LÍDERES POSITIVOS


Si bien existen innumerables estilos de liderazgo y constantemente se visualizan nuevos, ya que las actitudes de las personas que cumplen este rol son distintas, existe un estilo de liderazgo que repercute de manera directa en el equipo, haciéndolos sentir motivados; se trata del liderazgo positivo.
Es importante hacer la distinción entre el liderazgo positivo y el liderazgo negativo, porque ambas son capaces de llegar a un mismo fin, pero las consecuencias que acarrea esta última son muy diferentes a los beneficios que logra el liderazgo positivo.
El liderazgo positivo siembra buenas prácticas, formas de convivencia y en general, desarrolla excelentes ambientes de trabajo.
Este estilo de liderar es un conjunto de buenas prácticas arraigadas en el líder, como, por ejemplo;
  • Tomar decisiones empresariales considerando a las personas en todo momento.
  • Realizar retroalimentación constructiva al equipo y personalmente.
  • Ser accesible en la comunicación y las relaciones.
  • Actuar con ética.
  • Entregar el liderazgo a otras personas y con ello, confianza.

El conjunto de estas y otras acciones, por muy básicas que se vean, no son tan frecuentes en las empresas, ya sea por los ritmos de la industria, la personalidad de los gerentes, la estructura organizacional que en ocasiones es rígida y un sinfín de aspectos que lo impiden.
Las personas que a pesar de estos obstáculos priorizan la transparencia, la ética y el respeto en sus funciones con los demás, son visualizados como personas positivas que motivan el trabajo del equipo bajo su cargo
Es por eso, que estas acciones son tan importantes, porque al mismo tiempo generan un efecto multiplicador al momento de entregar el liderazgo, para que estas personas actúen con la misma actitud en decisiones de nivel inferior.
El liderazgo positivo se está trabajando a través del coaching y existen escuelas de negocios, universidades y centros de perfeccionamiento, que están entrenando a gerentes para que simplemente actúen con actitudes que no pasen a llevar las emociones y seguridad de sus equipos.

Pero, así como hay líderes empresariales que carecen de estas habilidades, existen otros que las tienen de manera natural y que se convierten en mentores de los integrantes de sus equipos.


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