Elegir un estudio de nivel superior de educación, es una experiencia trascendente en la vida de una persona, siendo que esa decisión implica comenzar a proyectarse hacia el futuro. De manera que la elección de una carrera va articulando tres dimensiones: el estudio de la carrera, el trabajo o desarrollo profesional laboral, y en un sentido más amplio, el estilo de vida que se llevará en la adultez.
Actualmente los jóvenes en la encrucijada de elegir una carrera y/o profesión, se debaten entre una amplia oferta educativa, la posibilidad de una buena salida laboral, y los intereses vocacionales propios.
En la culminación del nivel secundario de educación comienza un proceso de elección sobre que ser y que hacer en la vida; encontrándose quienes ya se habrán decidido por alguna carrera, otras aún indecisos. En tal sentido, la Orientación vocacional recobra especial importancia, siendo que como campo especializado de intervención, permitirá generar las mejores condiciones para realizar una elección consciente, autónoma y fundada en los conocimientos de uno mismo y de las posibilidades que el contexto educativo, social y económico ofrece.
Retomando las palabras de S. Rascovan (1998), la elección vocacional, es el proceso y el acto de elegir objetos vocacionales. Es un proceso en tanto está vinculado con la historia personal del sujeto, sus experiencias, anécdotas, objetos, personas, situaciones de vida. Es un proceso continuo y permanente, que se va armando y desarmando a lo largo de la historia personal, fundamentalmente a partir del contacto con las personas que nos rodean (padres, amigos, etc.), pues el entorno social, cultural y sobretodo el familiar, resultan decisivos. Elegir es también un acto siendo que implica la toma de una decisión en un momento y un lugar determinado. Es decir, se puede ir pensando y trabajando tal decisión, pero luego la misma se materializa ante las fechas de inscripción en las carreras e instituciones del nivel Superior de Educación (Terciarios y/o Universidades).
Finalmente, podríamos destacar, que para elegir un proyecto de vida, como lo es una carrera, hay ciertos pasos imprescindibles para que nuestra elección sea acertada:
- No pensar que esta elección es un ultimátum, sacarle dramatismo a esta instancia.
- La orientación es algo dinámico y tiene mucho que ver la personalidad, el entorno familiar, social y cultural. Por lo tanto es fundamental conocerse a uno mismo: cuales son sus habilidades, virtudes, destrezas, sus gustos, sus intereses. Su historia personal, familiar y educativa.
- Intentar determinar un área de interés. Dentro de un área de estudio buscar el perfil de carrera más afín a sus intereses y posibilidades.
- Informarse acerca de las carreras existentes dentro del área de interés para la cual posee mayor inclinación: planes de estudio, duración de la carrera, donde se estudia, incumbencias del título, ámbitos de desempeño laboral, entre otras cuestiones.
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